sábado, 30 de junio de 2007

Valparaíso - Caramanta

Bueno, tratando de no hacer los cuentos TAN largos, a continuación la caminada entre Valparaiso y Caramanta.

Nos reunimos realmente temprano (5.30 am) en el parque de San Ignacio, porque teníamos que ir hasta muy lejos, lo malo del cuento es que en la mitad del camino se daño uno de los carros en los que ibamos, lo cual nos hizo retrasar considerablemente, así que en lugar de comenzar de la cabecera municipal de Valparaiso, comenzamos desde una zona rural, a unos 20 minutos en el bus. Como curiosidad les cuento que mientras esperabamos a la gente del bus dañado descansamos en Versalles, el mismo de la caminada desde el alto de minas donde venden los panes con forma de cocodrilo, yo solita nunca me hubiera enterado, pero el GPS se lo advirtió a Nando, el me contó, y claro que sí, era el mismo pueblo en que la vez anterior no pasamos de la panadería, bacano volver.

Bueno, el caso es llegamos al misterioso nuevo punto de partida, y comenzamos a subir, de las primeras cosas que encontramos fue una población indígena, embera chami, según habia leído antes, no hablamos nada, solo los alcancé a ver un poco, no más, pasamos por unas cuantas casitas de ellos, cultivos de plátano, jardines bonitos, y nada más.

Subimos mucho, lento pero constantemente, casi toda la caminada fue de subida, exceptuando el ultimo pedazo en el que bajamos rápidamente. Pasamos por caminos de esos viejos, de cientos de años, que fueron usados tiempo atrás por nuestros ancestros, y me pareció muy curioso que algunas partes parecían seguir el trayecto de algún riachuelo, entonces era completamente mojado. Si uno anda en botas pantaneras no hay ningun problema, pero me imaginaba muchos muchos años atrás, estando en alpargatas, los pies completamente mojado, me parece mas bien incómodo.

Mientras subíamos alcanzamos a divisar un pueblo, el cual nos identificaron como Jericó, y quedamos convencidos, sin embargo haciendo algunos analisis posteriores a la caminada, llegamos a la conclusión de que en realidad se trataba de Támesis.

Después de un ascenso mas o menos largo llegamos a una zona casi plana donde almorzamos, esta vez no llevamos manta para sentarnos tampoco, pero en cambio llevabamos impermeables para la lluvia, y en ellos nos sentamos a almorzar!, la manga estaba algo húmeda donde nos hicimos.

La gente en esta caminada estuvo bastante dispersa, nunca supe con certeza quienes eran los guías. Allí conocimos a Sergio Pineda, un señor tal que no es guía del grupo, pero les colabora en la elaboración de los mapas de los recorridos, el nos acompaño un buen trayecto, y nos contaba un poco sobre lo que seguía. Trabajó muchos años para el Agustín Codazzi, así que se sabe el mapa de Antioquia al derecho y al revés, con todas sus vias y detalles, pero sin conocer el departamento en la vida real. Ahora se esta dedicando a caminar, y conocer todos los caminos que siempre fueron solo líneas en papel.

El paisaje es de montañas escarpadas, se ve que la economía es ganadera, porque se ve de solo manga, pocos cultivos. En una parte nos encontramos a unos jóvenes ordeñando vacas, yo no sabía que las vacas se ordeñan dos veces al dia, una a las 5am, y otra a las 3pm, se trataba entonces de la ordeñada de las 3. Cuando terminaban con una vaca llamaban a la otra pasito, casi susurrando, y ella venía desde donde estuviera al escuchar su nombre. Eran bastante hábiles estos muchachos, y tenían una fila de vacas larga.

Cuando ya estabamos descendiendo, parecian haber varios posibles caminos, Nando y J. Esteban decidieron tomar el contrario al resto de los caminantes, y luego les toco bajar por una cascada, fue muy divertido verlos bajar por ahí, reí a carcajadas. Lástima que las fotos no quedaron bien :(

Fue un descenso rápido, no demasiado pronunciado, y llegamos la cabecera municipal de Caramanta, un pueblo bastante pequeño, con los balcones mas bonitos de antioquia, y con una Iglesia grande grande, como casi todos los pueblos paisas, es la capital de la ruana, como nos enteramos luego de que estando sentados descansando en el parque, se nos acerco una señora y nos entrego un boletín muy bonito con información de c, se ve que tratan de impulsar el turismo.

Llegamos muy empantanados, pero bien, la caminada realmente fue grado 4, no nos imaginamos como hubiera sido con esos cuantos kilometros de subida que nos ahorramos.
Cuando pasamos por Valparaíso de vuelta ya estaba oscuro, algunas personas se bajaron para al menos conocer un poco este pueblo y su parque. Nosotros preferimos quedarnos comodamente en el bus.

Llegamos un poco tarde ya al área metropolitana, Angélica como siempre se bajó en Ancón, Nando, yo y el señor Sergio Pineda nos bajamos en la estación Itagüí, tanto Sergio como yo vivimos en Bello y no había forma de que encontraramos transporte a casa a esas horas, así que el Metro fue la solución.

Y así termina este cuento, los dejamos antojados para la próxima ;)

Ahhhhh, y por cierto. Éxitos para los que se encuentran en el encuentro de caminantes en Támesis, en otra oportunidad esperamos poder acompañarlos!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola leyendo su caminata a caramanta me entro la curiosidad por conocer ese pueblo, me fui con mi esposa y dos amigos y la verdad me que quede impresionado por su paisaje por la paz y la tranquilidad que se respira allí.
La verdad me parece que es un pueblo mágico no se eso percibimos tiene una energía incalculable,
me encantaron sus balcones, su paisaje y sobre todo la amistad de sus gentes.
No sabia que antioquia tenia esos tesoros tan escondidos y la verdad que bueno que existen pueblos como esta sonde se respira solo paz